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Aunque en un principio puede parecer que la maldición de la familia Sohma es convertirse en los diferentes animales del zodiaco y el gato, en realidad eso es un añadido.

La verdadera maldición es que están vinculados a la persona que tenga el espíritu de dios de por vida, y tienen que someterse a su voluntad. No pueden desobedecerle ni negarle nada.

Además, las palabras que el dios les dice, les llegan de una manera incomprensible para otros. Según el maestro Kazuma, lo que para otros sería unas simples palabras de rechazo o desprecio, a los malditos les hiere profundamente. Esto podría explicar por qué Akito, a pesar de ser alguien cruel pero muy frágil, tiene tanta capacidad de dañar a los Sohma malditos, y que ellos no puedan hacer nada para defenderse, y ni siquiera huir.

En cuanto a la transformación, ocurre si son abrazados por alguien del sexo opuesto (no si es otro de los malditos), o también si están agotados o enfermos. Y el tiempo que tardan en volver a la normalidad varía. Pero como la ropa queda tirada cuando se transforman, al volver a ser humanos, están desnudos.

En el momento de la historia, es la primera vez que están los 14 espíritus juntos reencarnados: dios, los 12 signos, y el gato. Es por esa razón que Shigure está seguro de que se trata del banquete final, y que la maldición se romperá tarde o temprano, porque además ya hay pequeños indicios: - Kureno sin su maldición desde adolescente - Haru desobedeciendo la voluntad de Akito - la ruptura de la maldición de Momiji.

La maldición se basa en una historia que cuenta que el emperador de jade invitó a los animales a un banquete, para elegir a los que formarían el zodiaco, siendo los 12 que llegaran primero. La rata y el gato eran amigos, pero la rata, temiendo no entrar en el zodiaco, engañó al gato y le dijo que el banque se celebraría un día después del día real. Es por eso que el gato quedó fuera. Existe otra versión de la historia que dice que tanto el gato como la rata fueron al banquete juntos. Cuando hubo que atravesar un río, le pidieron al buey montar en su lomo, y así lo hicieron. Pero antes de llegar a la otra orilla, la rata tiró al gato al río. Y ese es el origen del odio del gato a la rata y al agua. Hay más versiones en las que se habla de carreras.

Al final se desvela el inicio de todo:

Hace mucho tiempo vivía un dios en lo alto de la montaña. Se sentía solo porque, a pesar de que cerca había personas, al ser poderoso e inmortal, se sentía alejado de ellas y tenía miedo del mundo exterior. Un día un gato fue a verle y le pidió quedarse a su lado. Prometió no dejarlo nunca, y así fue, nunca se separaba del dios. Entonces el dios pensó que quienes eran diferentes a los humanos quizás querrían estar con él. Mandó muchas invitaciones, y doce animales acudieron a visitar al dios. Dieron un banquete y fueron dichosos. Así, cada luna llena se celebraba un banquete: dios, los doce animales, y el gato siempre al lado de dios. Pero un día el gato enfermó, y todos los animales entristecieron porque sabían lo que ocurría: todos acabarían muriendo. Dios hizo un hechizo, para que los 14 volvieran a encontrarse, no importaba cuantas veces murieran y renacieran. Dio de beber de la copa de saque hechizada al gato inconsciente. Luego bebió la rata, después el buey, seguido del tigre, y uno a uno bebieron todos los animales. Cuando terminaron el gato despertó y preguntó por qué le había hecho eso dios, dijo que no quería la eternidad, lo cual los animales interpretaron como un rechazo. El gato explicó que había que aceptar que las cosas terminaran, aunque fuera triste, y que si él y dios volvían a encontrarse, quería conocerlo a él. El gato murió pero el resto ya lo ignoraban. Con el tiempo fueron muriendo todos los animales, hasta el dreagón, que fue el último. Finalmente el dios murió un día de nieve, estaba triste pero con esperanza, pues todos le esperaban.

Hubo un momento en que la promesa de estar juntos se convirtió en una maldición.

Akito rompió la maldición, y uno a uno van notando como desaparece el vínculo, siendo el último Yuki, la rata, con el agradecimiento de dios por mantener tanto tiempo la promesa. Así, tuvo que pasar mucho tiempo para que cumpliera el deseo del gato.

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